Lactario sin Fronteras: Un Espacio de Esperanza en el Hospital Universitario de los Andes

Por Luz Mary Santiago (Merideña)

Ex-Socia de Rotaract Heidelberg International

Todo recién nacido tiene derecho a un entorno amoroso y seguro, a una alimentación saludable y a un tratamiento médico esencial para mantener su salud, fomentar su crecimiento y promover su desarrollo”.

A finales de 2017, durante sus rotaciones de pregrado en Medicina en el área de Neonatología del Hospital Universitario de los Andes (HULA), mi hermana Erika se enfrentó a una realidad que no podía pasar por alto. Muchos de los recién nacidos que luchaban por sobrevivir presentaban serios problemas de malnutrición y desnutrición, causados por diversas razones, entre las cuales se encontraba la imposibilidad de ser amamantados por sus madres.

El desafío se veía agravado por la situación del país y las deficientes condiciones de la infraestructura del área de Neonatología, que sufría inundaciones cada vez que llovía. Esto comprometía la higiene del lugar y aumentaba el riesgo de infecciones y complicaciones para los pequeños pacientes. Era evidente que era necesario tomar medidas, y así se hizo. En ese momento, había sido miembro de Rotaract Barcelona (España, Distrito 2202) durante seis años y era miembro fundador de Rotaract Heidelberg International (Alemania, Distrito 1860).

Estaba convencida de que, a través de Rotaract y Rotary, podríamos hacer una diferencia significativa. Con esta convicción, compartí con el Club Rotaract Heidelberg International la problemática y la posibilidad de involucrarnos en la solución. La propuesta fue recibida con entusiasmo y un sincero deseo de colaborar en un proyecto que podría tener un impacto tangible en la vida de estos bebés y sus familias.

Primera Fase: Donaciones de Fórmula Infantil

Conmovidos por la situación, entramos en contacto con el Rotaract Ciudad de Merida, del cual mi hermana Erika también era miembro y coordinamos la realización de donaciones de fórmula infantil, un recurso inmediato para mejorar el estado nutricional de los bebés.

Estos aportes no solo aliviaron la angustia de los padres y del personal del área de Neonatología, sino que también brindaron una oportunidad a los bebés que más lo necesitaban.

Durante más de tres años y a pesar de las grandes dificultades en Venezuela y muy particularmente en Mérida, aunado al impacto de la de la pandemia del COVID, la escasez de bienes y la restricicones para adquirirlos, estas contribuciones cubrieron la alimentación de los recién nacidos en condiciones críticas, de manera ininterrumpida durante sus primeros meses de vida.